Diagnóstico: apocalipsis




El descubrimiento llegó hace un tiempo y me abrió los ojos, ahora con los ojos abiertos veo que al final estoy estancada.
Ahora es diferente porque es una cadena enorme y en la punta tiene un ancla.
No me pienso resistir. No pienso ir en contra de toda esta marea.
Ya no pondré paños fríos a la fiebre, dejaré que suba todo lo necesario para matar al bicho.
Hoy dejaré que me mate la fiebre o que me coma el bicho.
Que me lleven a donde corresponda y que me traigan de vuelta.
Surfearé en la cresta de la ola de mi océano existencial y llegaré a la costa haciendo la plancha tranquilamente.
Al fin y al cabo todo es material para ahogarse y vomitar palabras.
Pero tranquilos!
Ya guardé todos los cuchillos y corté el gas. Psicofármacos no traje!












Fiebre


Nado en nubes de éter violetas, rosadas.
Hago la plancha en aguas turbulentas y soy succionada hacia el fondo por remolinos azules.
Surfeo en un sopor profundo sin entender.
Trato de salir del delirio visualizando una costa verde, pero soy transportada entre escenarios alucinógenos.
Las volutas de vapor me elevan y me alejan de todo nuevamente.
Estoy flotando alto, muy alto, pero en un instante el aire deja de existir y caigo fulminada como un pájaro al que le acaban de disparar.
No estoy, no soy, no existo.
Mi conciencia ha sido alterada desde lo más profundo de mis células.