Nado en nubes de éter violetas, rosadas.
Hago la plancha en aguas turbulentas y soy succionada
hacia el fondo por remolinos azules.
Surfeo en un sopor profundo sin entender.
Trato de salir del delirio visualizando una costa
verde, pero soy transportada entre escenarios alucinógenos.
Las volutas de vapor me elevan y me alejan de todo
nuevamente.
Estoy flotando alto, muy alto, pero en un instante
el aire deja de existir y caigo fulminada como un pájaro al que le acaban de
disparar.
No estoy, no soy, no existo.
Mi conciencia ha sido alterada desde lo más
profundo de mis células.
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